Un documental difundido en la Red revela el malestar con un sistem anclado en el siglo XIX
¿Y si el problema de la escuela no es cómo enseñar más matemáticas,
más lengua o más inglés, repetir curso o no? ¿Y si se trata de un
problema de raíz, de que la escuela, tal y como está concebida, dividida
y fragmentada por edades y por materias estancas, no funciona, con sus
exámenes que acaban condicionando unas enseñanzas anacrónicas y alejadas
de la realidad, aburridas y artificiales? ¿Y si la escuela inventada en
la era industrial para dar unas instrucciones mínimas y la transmisión
de una cultura básica, simplemente ya no sirve en la era de Internet? Y
no solo eso, ¿y si encima está matando la creatividad de los niños?
En el documental dirigido por el argentino Germán Doin y titulado La educación prohibida
se da una respuesta afirmativa a todas esas preguntas: según decenas de
expertos de varios países latinoamericanos, incluido España, la escuela
no sirve y hay que cambiarla, hay que derribarla para empezar de cero.
“Si no estuviéramos haciendo las cosas como las estamos haciendo porque
siempre las hicimos así, ¿cómo las haríamos hoy?”, dice en la película
el director de escuela Ginés del Castillo.
Sobre todo, cuenta por teléfono el joven director de 24 años, la
película trata de trasladar a toda la sociedad el debate que durante
décadas ha estado vivo, dentro de los ámbitos educativos académicos, con
unos postulados que cuentan con tantos entusiastas defensores como
aguerridos detractores que no ven más que cháchara e ilusas alternativas
al modelo actual.
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