El problema palestino solía ser considerado el nudo de Oriente
Próximo, la madre de todas las crisis. Pero ahora, con la región
hirviendo, los palestinos parecen haberse convertido en una cuestión
secundaria. Refugiados, hacinados, sometidos a la ocupación militar y
casi olvidados, la muerte del proceso de paz con Israel les coloca ante
una difícil situación: “Si se nos cierran todas las opciones”, afirman,
“el único resultado posible es la violencia”.
Hanan Ashraui, la mujer más destacada en la Organización para la Liberación de Palestina (OLP),
colega del primer ministro, Salam Fayad, en el partido pragmático
Tercera Vía y veterana en las negociaciones con Israel, admite que la
opción de los dos Estados está esfumándose y se llega a un punto sin
salida. “Estamos debatiendo sobre la redefinición de las relaciones con
Israel, lo que incluye la posibilidad de romper relaciones”, explica.
¿Y más allá? “Debemos estar preparados para todo”, dice. (continue lendo)
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